jueves, 27 de mayo de 2010

Viaje a Buenos Aires. 02-06-2010








---------------------------------------------------

PALACIO DE LAS AGUAS

Historia del Edificio
Hace mas de un siglo (1894), la antigua Comisión de Aguas Corrientes, Cloacas y Adoquinados (luego Comisión de Obras de Salubridad) padecía el dilema estratégico que hoy afecta a Aguas Argentinas: inversiones tan importantes como invisibles.
A diferencia de otras grandes obras de infraestructura como las vías del ferrocarril, las líneas subterráneas casi confidenciales.
Por otro lado, en plena opulencia agroexportadora, en una ciudad que soñaba con dejar atrás su condición de gran aldea, la Comisión expresaba el papel jerárquico de la obra pública en el crecimiento de la ciudad.
Las obras de infraestructura no solo eran una respuesta técnica a una necesidad dada sino que tenían carácter de monumento.
Estas diferentes necesidades se reflejan claramente en la doble paternidad del edificio.
Las fachadas neorrenacentistas del arquitecto noruego Olaf Boye son una respuesta contundente al pedido de la Comisión de “una imagen formal de solidez y vistosidad”, mientras que la estructura metálica con sus 180 columnas y sus 12 tanques originales (que soportaban 72.000 toneladas de agua) diseñada por el ingeniero sueco Nyströmer, obedece a una voluntad de excelencia tecnológica.
El edificio original, terminado en 1894, constaba de tres niveles de tanques, un subsuelo a nivel de la calle y una planta baja sobreelevada.
El destino final de los 8.000 m2 de la planta baja fue una de las grandes incógnitas de los proyectistas e, incluso, de los comitentes. Se pensó en utilizarla como mercado, como cuartel u oficinas públicas, como escuela de artes y oficios, archivos o biblioteca e incluso como casa de baños.
La realidad fue tal vez más despiadada y hasta fines de los ´20 funcionó allí una fábrica de baldosas.
Lo cierto es que nunca se llevó a cabo un proyecto global en el edificio, fuera de su función puramente técnica.

Proyecto de remodelación
La riqueza visual que ofrece hoy al transeúnte este espectacular edificio lo destacan como un hito urbano en la ciudad de Buenos Aires y como un excelente ejemplo del patrimonio industrial de fines del XIX en el continente, circunstancias por las cuales fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1987.
A partir de 1993, los servicios de distribución de agua brindados hasta entonces por Obras Sanitarias de la Nación (OSN) fueron concesionados a Aguas Argentinas S. A. Dos años después, con la finalidad de difundir y proteger el patrimonio histórico cultural que la empresa estatal tenía bajo su tutela celebró un Convenio con el CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) del cual nació el Proyecto Patrimonio Histórico.
El actual Museo del Patrimonio Histórico de Aguas Argentinas, abrió sus puertas el 8 de
Octubre de 1996, ocupando el mismo sitio que el ex-Museo de Materiales Sanitarios, en el primer piso del Palacio de las Aguas. Sus salas se organizan a partir de una división virtual en tres áreas cuyo hilo conductor es el agua en su recorrido por la ciudad de Buenos Aires, la arquitectura del Palacio de las Aguas, el servicio sanitario en la vivienda, las oficinas de OSN y las nuevas tecnologías proporcionadas por Aguas Argentinas SA.

---------------------------------------------------

BIBLIOTECA NACIONAL · CLORINDO TESTA


Clorindo Testa nace en Nápoles en 1923. Es el arquitecto argentino más importante del siglo XX, evidenciado por la importancia de las obras, la originalidad absoluta de su diseño, la concreción de sus obras siempre por concurso y competición con sus pares, además de ser un artista plástico de trayectoria lateral y permanente en la segunda mitad del siglo XX.
Se gradúa en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires en 1948 y comienza en la época final del racionalismo argentino, siendo el mejor exponente a fines de los años cincuenta del movimiento brutalista mundial. Realizó obras representativas de la arquitectura argentina como la Biblioteca Nacional de la República Argentina en Buenos Aires o el Banco de Londres en Buenos Aires, siendo este último uno de los ejemplos bancarios más importantes del mundo, por su carácter plástico e innovador, rompiendo con valores establecidos de la época.
Hasta nuestros días este arquitecto sigue enfrentando cada proyecto con el mismo entusiasmo que en su juventud. Sin adherirse a modas, o estilos internacionales, crea siempre una arquitectura distinta, una arquitectura más humana, que nace de las consideraciones del contexto a intervenir influenciado por el color, las tensiones, las metáforas, y la plasticidad.

Clorindo Testa es un hombre que se comunica con sus semejantes por medio de la pintura y la arquitectura y como todo verdadero artista esta siempre dispuesto a innovar, arriesgándose por sobre todo valor establecido.
Sus arquitecturas sensibles, de resultados contundentes, se independizan claramente de "aquellas otras" que adhieren a "ondas" internacionales sin considerar circunstancias ni contexto. En cada nueva entrega nos sorprende con todo su talento y profunda comprensión humana, transportándonos a un mundo de espacios alterados, llenos de color y tensiones, donde nos hace pasear por imágenes que se proyectan desde lo más profundo de sus sueños.
En el mundo que nos propone: nada para explicar, todo para sentir y emocionarse.
Busca y encuentra el arte en este oficio, lo hace indistintamente como pintor, escultor, arquitecto y urbanista. En un tránsito que va del orden a la libertad, del blanco y negro al color, del cuidado del detalle al descuido intencional; su obra presenta una gran continuidad. Porque la continuidad la determina el sentido que le va dando a las cosas y la libertad que mantiene para actuar. Es cuestión de actitud. Testa no puede hacer arquitectura como en los años 50. Hoy centra su interés en otras cosas. En esta coherente evolución esta su continuidad.
Curioso y observador, vuelve sobre sus recuerdos y los recrea sin nostalgia. Sin aferrarse al pasado, comprende como pocos el paso del tiempo y el cambio de las cosas.
Podemos decir, que es imprevisible -todo artista debe serlo- como tal supera los límites y siempre aparece la sorpresa, lo incierto, lo inesperado.... obligando a nuevas definiciones cuando se trata de buscar explicaciones.
El orden y la seguridad son valores muy arraigados en nuestra sociedad, cuando cedan paso a la libertad, la obra de Clorindo Testa será definitivamente aceptada.
Es cuestión de riesgo. Hay que ser libre,hay que atreverse.

Como en otros casos de la obra de Testa, la Biblioteca Nacional importa una relectura sobre las convenciones de la disciplina, los modos de uso y apropiación distraídos y as posibilidades de la arquitectura como agente cultural.
A partir de una reelaboración de la configuración que se basa en la trama y el gesto, sobre la planta baja libre y el área de depósitos enterrada se levantan los cuatro pilares que sostienen, en los pisos superiores, las salas de lectura, un volumen dramático de homogeneidad formal, funcional y estructural. De ese cuerpo, en el primer piso, cuelga una serie de volúmenes armados como un montaje de piezas que recurren a otra conformación – en coincidencia con las pinturas de Testa de los años cincuenta y sesenta – y albergan el auditorio, el área de exposiciones y la confitería.
Aun en su crítica a la univocidad arquitectónica y a su supuesto extrañamiento entre forma y lugar, la Biblioteca presenta una compresión profunda del paisaje. Al romper con el tejido tradicional en su disposición – heredera de la tradición moderna –, propone una planta baja libre que cualifica el paisaje y defiende la sociabilización del suelo, creando un gran espacio público que adjetiva las diversas situaciones: un parque integrado, una extensa explanada, los bordes relacionados, la escalera frontal y la rampa lateral.
Entre la contemplación y la acción, y en la dramaticidad “a lo Miguel Ángel” de su masa en suspensión, la máquina–escultura emite un discurso sobre lo cultural y sobre el acceso a lo público en el marco de las instituciones del Estado. Finalmente, en sus continuas reescrituras, ejerce una forma de interpretar la conciencia histórica sobre el patrimonio cultural en las sociedades masivas modernas.

--------------------------------------------------------------

EL UNIVERSO FUTURISTA

Futurismo no es futuro. Futurismo no es exceso de modernidad. Futurismo quiere decir: acontecimiento artístico único. Libre. Fascinación por el presente. Por el rumbo irreversible del “progreso”. Es artes visuales, literatura, cine, arquitectura, teatro, danza, cocina y moda.



“¡A todos los hombres vivos de la tierra!”: En una declamación pública o en palabras impresas en un volante, el Futurismo fue el primer movimiento artístico de las vanguardias históricas que nació con la proclama y la publicación de un manifiesto (“Manifiesto Futurista” – Filippo Tommaso Marinetti - 1909), inaugurando así, la expresión de los artistas de una voluntad de programar su misión en el campo del arte y la cultura.
La esencia de estos manifiestos está también en la provocación y nos sorprenden con un discurso muchas veces violento, desubicado, poco veraz o pretencioso; con promesas “incorrectas” declarando la guerra como higiene del mundo o una fe irracional en el progreso. También, como testimonios de su época, promulgan nuevos paradigmas de belleza ligados a la velocidad de las máquinas y la aceleración de la vida moderna junto a otros tantos fanatismos a favor o en contra, lo cierto es que todas las propuestas resultan siempre verbalmente extremas.
Para Marinetti, los manifiestos son armas de lucha y, el gesto de publicarlos en periódicos, revistas o como volantes, reafirma la tarea de multiplicar la voz de estos escritos, y de sumar adeptos a las huestes del futurismo. Los manifiestos históricos asumen al pasado como objeto de su furia y destrucción, presentando las imágenes del mundo moderno y exaltando sus nuevos “valores”. Los manifiestos políticos, ofrecen un programa de acción, documentan la génesis del fascismo y, aunque sus gestos quedaron en un terreno simbólico, las filiaciones con el proyecto comunista, con el culto a la guerra, le otorgaron un perfil muy particular al movimiento. Y los manifiestos técnicos aportan la verdadera bomba cultural, son los que incluso desde la estructura de escritura destruyen la sintaxis, la redacción, utilizan los verbos sólo en infinitivo, sin adjetivos ni adverbios y abusan del recurso de las puntuaciones y otros signos. También le atribuyen formas a las palabras e incorporan palabras y letras a las formas, un espacio de verdadera invención.

El futurismo, a diferencia de otras formaciones de vanguardia, decidió enérgicamente traspasar la frontera del arte y transformar la vida, o inventar un “nuevo mundo”. Por eso mismo, es una las de las utopías más notables del siglo XX, atravesada y definida por la Primera Guerra Mundial, que marca un antes y un después en su poética. Así es que este concepto de totalidad, de voluntad transformadora del mundo cotidiano, invade la arquitectura, el arte, la moda, la cocina, deslizándose cada vez más hacia esa novedosa forma de vida que logró imponer.

Fundación y Manifiesto del Futurismo. F.P. Marinetti, 29 de febrero de 1909: Este Manifiesto fundacional fue publicado en el diario francés LE FIGARO por primera vez.
. Nosotros queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y la temeridad.
. El coraje, la audacia, la rebelión serán elementos esenciales de nuestra poesía.
. Hasta hoy, la literatura exaltó la inmovilidad reflexiva, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso veloz, el salto mortal, la bofetada y el trompazo.
. Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una belleza nueva: la belleza de la velocidad (ej.: un automóvil).
. Es necesario que el poeta se prodigue con ardor, fasto y magnificencia, para acrecentar el fervoroso entusiasmo de los elementos primordiales.
. Ya no hay otra belleza que la de la lucha. Ninguna obra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía debe concebirse como un violento asalto contra las fuerzas ignotas, para someterlas y ponerlas de rodillas frente al hombre.
. ¡Nos encontramos en la cima del promontorio de los siglos!… ¿Por qué deberíamos mirar atrás si queremos derribar las misteriosas puertas de lo Imposible? El Tiempo y el Espacio murieron ayer. Nosotros ya vivimos en lo absoluto, porque ya hemos creado la eterna velocidad omnipresente.
. Nosotros queremos glorificar la guerra —única higiene del mundo—, el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios, las hermosas ideas por las que se muere y el desprecio por la mujer.
. Nosotros queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de toda especie, y combatir el moralismo, el feminismo y toda vileza oportunista o utilitaria.

“¡Compañeros! Nosotros declaramos que el triunfal progreso de la ciencia ha marcado cambios tan profundos en la humanidad que ha abierto un abismo entre los dóciles esclavos del pasado y nosotros, libres y seguros de la radiante magnificencia del futuro.”

Manifiesto de los pintores futuristas - Boccioni, D. Carrà, Russolo, Balla , Severini – 1910

“Es absurdo dividir a la humanidad en hombres y mujeres, pues la humanidad está compuesta solamente de femineidad y de masculinidad. (…) Un individuo exclusivamente viril no es otra cosa que una bestia; un individuo exclusivamente femenino no es otra cosa que una hembra. (…) Lo que más les falta tanto a hombres como mujeres es virilidad. (…) Para devolverle cierta virilidad a nuestra raza entumecida en la femineidad es necesario arrastrarla a la virilidad, hasta la bestialidad. Pero para alcanzar ese período de humanidad superior, hay que imponerles a todos, hombres y mujeres débiles por igual, un nuevo dogma de energía. (...) ¡Basta de mujeres bestialmente amorosas, que destruyen hasta la fuerza renovadora que entraña el Deseo! (...)
Devuélvanle a la mujer su crueldad y su violencia, que la hacen encarnizarse con los vencidos, porque han sido vencidos, hasta el punto de mutilarlos. (…) ¡Mujeres! ¡Vuelvan a ser sublimemente injustas, como todas las fuerzas de la naturaleza! (...) ¡Mujeres, que se han desviado durante tanto tiempo por los prejuicios y la moral, recuperen su instinto sublime, regresen a la violencia y a la crueldad!. Le deben héroes a la humanidad. ¡Dénselos!”

Manifiesto de la mujer futurista. Respuesta a F. T. Marinetti. Valentine de Saint-Point. 25 de marzo de 1912

Sin escritura no hay futurismo: los manifiestos, poemas, ensayos, novelas, obras de teatro y textos propagandísticos que Marinetti y otros integrantes del movimiento elaboraron a lo largo de más de tres décadas de ejercicio artístico integran un verdadero sistema textual imprescindible de las máximas desde las que la corriente articuló su visión del mundo. Y cada desplazamiento hacia nuevas zonas de producción significaba la necesidad de construir, antes que nada, un manifiesto. Para terminar de destruir el lenguaje del pasado, el futurismo rompe con la métrica propia de la poesía, utiliza un verso libre y quiebra la oración, buscando una forma y una tipografía propias, hechas de tecnicismos, barbarismos, exclamaciones, interjecciones, números. El mecanismo es el mismo para el teatro, la narrativa y la propaganda.
“Erradicar de la literatura el “yo”, vale decir, toda la psicología. El hombre, completamente corrompido por la biblioteca y el museo, y sometido a una lógica y a una sabiduría aspaventosa, ya no ofrece el menor interés. Por lo tanto, debemos abolirlo de la literatura, y reemplazarlo finalmente por la materia, cuya esencia debe capturarse a golpes de intuición, algo que jamás podrán hacer los físicos y los químicos.
Abolir también la puntuación. Al ser suprimidos los adjetivos, los adverbios y las conjunciones, la puntuación queda naturalmente anulada por la continuidad variable de un estilo “vivo” que se crea a sí mismo, sin las pausas absurdas de las comas y los puntos. Para acentuar ciertos movimientos e indicar su dirección, se emplearán símbolos matemáticos y musicales”.

Manifiesto técnico de la literatura futurista. F. T. Marinetti. - 1912

“Lo que se suele llamar arquitectura moderna es una mezcolanza disparatada de elementos de los estilos más variados, usados para disfrazar el esqueleto de la casa moderna".
Esta es la suprema imbecilidad de la arquitectura moderna, que se repite con la complicidad mercantil de las academias, cárceles de la inteligencia donde se constriñe a los jóvenes a la onanística reproducción de los modelos clásicos, en vez de alentarlos a explorar nuevos límites y a solucionar un nuevo y acuciante problema: la casa y la ciudad futuristas. Una casa y una ciudad que sean espiritual y materialmente nuestras, donde la agitación de la vida moderna no parezca un anacronismo grotesco. “Nosotros debemos inventar y reedificar la ciudad futurista como si fuera una inmensa cantera en constante cambio, ágil, móvil, dinámica en cada una de sus partes, y la casa futurista como si fuera una máquina gigantesca”.
“Yo combato y desprecio:
. Toda la seudoarquitectura de vanguardia, austríaca, húngara, alemana y norteamericana.
. Toda la arquitectura clásica, solemne, hierática, escenográfica, decorativa, monumental, grácil y agradable.
. El embalsamamiento, la reconstrucción, la reproducción de monumentos y palacios antiguos.
. Las líneas perpendiculares y horizontales, las formas cúbicas y piramidales que son estáticas, graves, opresivas y absolutamente ajenas a nuestra novísima sensibilidad.
. El uso de materiales pesados, voluminosos, duraderos, anticuados y costosos.
Y proclamo:
. Que la arquitectura futurista es la arquitectura del cálculo, de la audacia temeraria y de la simplicidad, la arquitectura del hormigón armado, del hierro, del vidrio, del cartón, de la fibra textil y de todos los derivados de la madera, la piedra y el ladrillo que permitan obtener un máximo de elasticidad y liviandad. (...)
. Que la decoración, como todo aquello superpuesto a la arquitectura, es un absurdo, y que el valor decorativo de la arquitectura futurista depende exclusivamente de un uso y disposición original de los materiales en bruto, despojados o de colores violentos. (...)
. Por arquitectura, se debe entender el esfuerzo de armonizar con libertad y con gran audacia el entorno del hombre, vale decir, hacer que el mundo de las cosas sea una proyección directa del mundo del espíritu. Una arquitectura concebida de esa manera no puede dar origen a ningún hábito plástico ni lineal, ya que los rasgos fundamentales de la arquitectura futurista serán la caducidad y la transitoriedad. Las casas durarán menos que nosotros. Cada generación deberá fabricar su ciudad. Esta constante renovación del entorno arquitectónico contribuirá a la victoria del Futurismo, que ya se consolida con las Palabras en libertad, el Dinamismo plástico, la Música sin cuadratura y el Arte de los ruidos, y por el cual luchamos sin tregua en contra de la cobardía pasatista.

La arquitectura futurista. Manifiesto. Antonio Sant’Elia - 1914

La muestra revela el furor creativo de los futuristas en cada una de las disciplinas que abordaron a partir de la aventura vanguardista que gestó el poeta Filippo Tommaso Marinetti. Una visión del mundo: un sistema de creación puesto al servicio de las novedades, ignorando el pasado, acompañando a principios del siglo XX en Italia el surgimiento de las luces, el ruido de los automóviles, la aparición de las industrias. La metamorfosis de las grandes ciudades.
Esta es la herencia con que el Futurismo impregnó de sentido la creación moderna en muchos artistas, y construyó una de las utopías más destacadas del siglo XX. El Futurismo irradió todas las disciplinas artísticas con la ideología del progreso, del amor a la máquina, de la devoción al industrialismo. Se cumplen 100 años del grito de Marinetti que traspasó mares, viajó y visitó infinitos lugares. Una sola palabra que da cuenta de una época, de una ilusión, de un mundo que nació y murió y de la que los más prestigiosos museos celebraron su centenario con las pompas propias de un gran aniversario.
El Futurismo logró salir de las fronteras del arte e invadir la vida cotidiana: los artistas organizaron manifiestos sobre cómo debía ser la arquitectura, cómo debía vestirse la mujer, cómo debía ser el nuevo teatro, el cine, la cocina. Inventaron reglas para el nuevo mundo; en contra de lo acontecido, escribieron y distribuyeron sus panfletos con las nuevas pautas. En la búsqueda de la máxima voluntad de libertad, organizaron y reglamentaron los aspectos de la vida cotidiana. Consideraron la guerra como una acción, un gesto para la concreción de esta nueva era.


“No tenemos inconveniente en declarar que el esplendor del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza: la belleza de la velocidad”

Filippo Tommaso Marinetti. Primer Manifiesto Futurista. 1909